jueves, 27 de diciembre de 2012

Invierno



La vida, en su latido, nos muestra que en todo proceso evolutivo existe una dialéctica, una danza de pares de opuestos, que sólo lo son en apariencia, pero que en realidad son uno, y están unidos por un principio de vida:

Sístole y diástole, sangre.
Inspiración y espiración, aire.
Sueño y vigilia, vida.
Día y noche, rotación.
Inverno y verano, traslación.

Hubo quien hace miles de años supo ver este principio y lo nombró: Yin y Yan, Tao. La vida es un camino donde la evolución pasa por la dialéctica entre lo aparentemente opuesto, pero que no deja de ser uno.

Y así sucede con todo. Algunas veces es más evidente, otras, cuesta ver la otra cara de la moneda a lo que la vida nos está presentando aquí y ahora.

Dolor y esperanza.
Muerte y renacimiento.
Crisis y crisálida.
Dar y recibir.

Ahora, aquí, es invierno. La naturaleza duerme, descansa, se repliega. También en la noche, en el frío, en el invierno existe una inmensa belleza. Es una dimensión esencial de la primavera, donde la vida estalla. Sin invierno no habría primavera, o no la viviríamos como tal


                                                                                                                                     Álex Rovira