domingo, 23 de marzo de 2008

Memorias adolescentes

(…) Pero en aquellos días yo iba en busca del amor, y me presenté lleno de curiosidad y de la aprensión – no reconocida por mi parte-, de que, allí, por fin, descubriría esa puerta baja escondida en el muro que otros, lo sabía, habían descubierto antes que yo, que llevaba a un jardín secreto y encantado, en alguna parte oculto, sin que ninguna ventana del corazón de aquella ciudad gris se asomara a él.

(…) y me quedé despierto hasta altas horas de la noche, con café negro helado y galletas secas, empollando los textos abandonados. No recuerdo ni una sílaba de ellos, pero el otro saber, mucho más antiguo, que adquirí durante aquel trimestre me acompañará bajo una u otra forma hasta mi última hora.

(…) Podía decirse también que conocer y amar a otro ser humano, aunque sea uno solo, es la raíz de toda sabiduría.


“Retorno a Brideshead”. Evelyn Waugh