viernes, 28 de diciembre de 2012

Espejos




Cuando miramos la vida y al otro, ¿qué vemos? ¿A la vida y al otro o a aquello que negamos y rechazamos de nosotros?

¿Vemos realmente al otro, o más bien lo fabricamos con nuestros prejuicios, miedos, deseos y proyecciones? ¿Nos damos tiempo para conocer al otro, sin idealizaciones, mitificaciones, o en el otro extremo, prejuicios y tópicos? Creo, sinceramente, que no. D
arse ese espacio para la desnudez en la percepción, para la mirada vírgen que ni enaltece ni menosprecia a priori, no es tan fácil.

"Quien critica, se confiesa", escribió, lúcido, Baltasar Gracián. Cuántas veces vemos en el otro y en lo otro lo que nos es propio y no podemos o sabemos cómo digerir. Y también, cuántas veces idealizamos al otro pagando, a largo plazo, altos peajes por disfrazar la realidad y acomodarla a nuestro deseo.

Espejos frente a espejos, tan a menudo.

Álex Rovira

jueves, 27 de diciembre de 2012

Invierno



La vida, en su latido, nos muestra que en todo proceso evolutivo existe una dialéctica, una danza de pares de opuestos, que sólo lo son en apariencia, pero que en realidad son uno, y están unidos por un principio de vida:

Sístole y diástole, sangre.
Inspiración y espiración, aire.
Sueño y vigilia, vida.
Día y noche, rotación.
Inverno y verano, traslación.

Hubo quien hace miles de años supo ver este principio y lo nombró: Yin y Yan, Tao. La vida es un camino donde la evolución pasa por la dialéctica entre lo aparentemente opuesto, pero que no deja de ser uno.

Y así sucede con todo. Algunas veces es más evidente, otras, cuesta ver la otra cara de la moneda a lo que la vida nos está presentando aquí y ahora.

Dolor y esperanza.
Muerte y renacimiento.
Crisis y crisálida.
Dar y recibir.

Ahora, aquí, es invierno. La naturaleza duerme, descansa, se repliega. También en la noche, en el frío, en el invierno existe una inmensa belleza. Es una dimensión esencial de la primavera, donde la vida estalla. Sin invierno no habría primavera, o no la viviríamos como tal


                                                                                                                                     Álex Rovira

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Sueño



No era la muerte, pues yo estaba de pie
Y todos los muertos están acostados,
No era de noche, pues todas las campanas
Agitaban sus badajos a mediodía.

No había helada, pues en mi piel
Sentí sirocos reptar,
Ni había fuego, pues mis pies de mármol
Podían helar un santuario.

Y, sin embargo, se parecían a todas
Las figuras que yo había visto
Ordenadas para un entierro
Que rememoraba como el mío.

Como si mi vida fuera recortada
Y calzada en un marco
Y no pudiera respirar sin una llave
Y era como si fuera medianoche.

Cuando todo lo que late se detiene
Y el espacio mira a su alrededor
La espeluznante helada, primer otoño que llora,
Repele la apaleada tierra.

Pero todo como el caos,
Interminable, insolente,
Sin esperanza, sin mástil
Ni siquiera un informe de la tierra
Para justificar la desesperación.

                                                            Emily Dickinson

martes, 11 de diciembre de 2012

Voz



No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar. Me estoy sintiendo
vivir cuando me dueles
no en ti, ni aquí, más lejos:
en la tierra, en el año
de donde vienes tú,
en el amor con ella
y todo lo que fue.
En esa realidad
hundida que se niega
a sí misma y se empeña
en que nunca ha existido,
que sólo fue un pretexto
mío para vivir.
Si tú no me quedaras,
dolor, irrefutable,
yo me lo creería;
pero me quedas tú.
Tu verdad me asegura
que nada fue mentira.
Y mientras yo te sienta,
tú me serás, dolor,
la prueba de otra vida
en que no me dolías.
La gran prueba, a lo lejos,
de que existió, que existe,
de que me quiso, sí,
de que aún la estoy queriendo.



Pedro Salinas
LA VOZ A TI DEBIDA
(Versos 2191 a 2219)

viernes, 9 de noviembre de 2012



Lo que conoces
es tan poco
lo que conoces
de mí
lo que conoces
son mis nubes
son mis silencios
son mis gestos
lo que conoces
de mí
lo que conoces
es la tristeza
de mi casa vista de afuera
son los postigos de mi tristeza
el llamador de mi tristeza.

Pero no sabes
nada
a lo sumo
piensas a veces
que es tan poco
lo que conozco
lo que conozco
de ti
lo que conozco
o sea tus nubes
o tus silencios
o tus gestos
lo que conozco
es la tristeza
de tu casa vista de afuera
son los postigos de tu tristeza
el llamador de tu tristeza.
Pero no llamas.
Pero no llamo.


                                                                                                   Mario Benedetti

viernes, 2 de noviembre de 2012



Sé por experiencia que, en la vida, sólo en contadísimas

ocasiones encontramos a alguien a quien podamos

transmitir nuestro estado de ánimo con exactitud,

alguien con quien podamos comunicarnos a la

perfección. 

Es casi un milagro, o una suerte inesperada, 

hallar a esa persona. Seguro que muchos mueren sin 

haberla encontrado jamás. 

Y, probablemente, no tenga relación alguna con lo que 

se suele entender por amor. 

Yo diría que se trata, más bien, de un estado de 

entendimiento mutuo cercano a la empatía.

                                                                
                                                               Haruki Murakami

domingo, 9 de septiembre de 2012

Ítaca



Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.
                                                                                                                          
                                                                                          K. Kavafis

viernes, 29 de junio de 2012

Más de 100 mentiras






Tenemos memoria, tenemos amigos,
tenemos los trenes, la risa, los bares,
tenemos la duda y la fe, sumo y sigo,
tenemos moteles, garitos, altares.


Tenemos urgencias, amores que matan,
tenemos silencio, tabaco, razones,
tenemos Venecia, tenemos Manhattan,
tenemos cenizas de revoluciones.


Tenemos zapatos, orgullo, presente,
tenemos costumbres, pudores, jadeos,
tenemos la boca, tenemos los dientes,
saliva, cinismo, locura, deseo.


Tenemos el sexo y el rock y la droga,
los pies en el barro, y el grito en el cielo,
tenemos Quintero, León y Quiroga,
y un bisnes pendiente con Pedro Botero.


Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.


Tenemos un as escondido en la manga,
tenemos nostalgia, piedad, insolencia,
monjas de Fellini, curas de Berlanga,
veneno, resaca, perfume, violencia.


Tenemos un techo con libros y besos,
tenemos el morbo, los celos, la sangre,
tenemos la niebla metida en los huesos,
tenemos el lujo de no tener hambre.


Tenemos talones de Aquiles sin fondos,
ropa de domingo, ninguna bandera,
nubes de verano, guerras de Macondo,
setas en noviembre, fiebre de primavera.


Glorietas, revistas, zaguanes, pistolas,
qué importa, lo siento, hasta siempre, te quiero,
hinchas del Atleti, gangsters de Coppola,
verónica y cuarto de Curro Romero.


Tenemos el mal de la melancolía,
la sed y la rabia, el ruido y las nueces,
tenemos el agua y, dos veces al día,
el santo milagro del pan y los peces.


Tenemos lolitas, tenemos donjuanes;
Lennon y McCartney, Gardel y Le Pera;
tenemos horóscopos, Biblias, Coranes,
ramblas en la luna, vírgenes de cera.


Tenemos naufragios soñados en playas
de islotes son nombre sin ley ni rutina,
tenemos heridas, tenemos medallas,
laureles de gloria, coronas de espinas.

Tenemos caprichos, muñecas hinchables,
ángeles caídos, barquitos de vela,
pobres exquisitos, ricos miserables,
ratoncitos Pérez, dolores de muelas.


Tenemos proyectos que se marchitaron,
crímenes perfectos que no cometimos,
retratos de novias que nos olvidaron,
y un alma en oferta que nunca vendimos.


Tenemos poetas, colgados, canallas,
Quijotes y Sanchos, Babel y Sodoma,
abuelos que siempre ganaban batallas,
caminos que nunca llevaban a Roma.


                                                               Joaquín Sabina

lunes, 4 de junio de 2012

Alegría



"Pero lo que más que nada contribuye directamente a nuestra felicidad es un humor jovial, porque esta buena cualidad encuentra inmediatamente su recompensa en sí misma. En efecto, el que es alegre tiene siempre motivo para serlo, por lo mismo que lo es."
"Nada puede remplazar a todos los demás bienes tan completamente como esta cualidad, mientras que ella misma no puede reemplazarse por nada. Que un hombre sea joven, hermoso, rico, y considerado, para poder juzgar su felicidad la cuestión sería saber si, además es alegre; en cambio si es alegre, entonces poco importa que sea joven o viejo, bien formado o contrahecho, pobre o rico: es feliz."
"Así pues debemos abrir puertas y ventanas a la alegría, siempre que se presente, porque nunca llega a destiempo, en vez de vacilar en admitirla, como a menudo hacemos, queriendo primero darnos cuenta de si tenemos motivos para estar contentos por todos conceptos, o por miedo de que nos aparte de meditaciones serias o de graves preocupaciones; y sin embargo, es muy incierto que ellas puedan mejorar nuestra situación, al paso que la alegría es un beneficio inmediato. Ella sola es, por decirlo así, el dinero contante y sonante de la felicidad." 

"Es cierto que nada contribuye menos a la alegría que la riqueza, y nada contribuye más que la salud; en las clases inferiores, entre los trabajadores de la tierra, se observan los rostros alegres y contentos; en los ricos y grandes dominan las figuras melancólicas."

                                     Sobre la felicidad - Arthur Schopenhauer

martes, 27 de marzo de 2012

Desencuentro




Tú en el alto balcón... 

Tú en el alto balcón de tu silencio,
yo en la barca sin rumbo de mi daño,
los dos perdidos por igual camino,
tú esperando mi voz y yo esperando.

Esclavo tú del horizonte inútil,
encadenada yo de mi pasado.
Ni silueta de nave en tu pupila,
ni brújula y timón para mis brazos.

En pie en el alto barandal marino
tú aguardarías mi llegada en vano.
yo habría de llegar sobre la espuma
en el amanecer de un día blanco.

Pero el alto balcón de tu silencio
olvidó la señal para mi barco.
Y me perdí en la niebla de tu encuentro
–como un pájaro ciego– por los años.




Josefina de la Torre

viernes, 23 de marzo de 2012

Acción



... Sin embargo, ninguna teoría sobre la vida le parecía importante comparada con la vida misma. 
Era muy consciente de la esterilidad de toda especulación intelectual si separa de la acción y de la experiencia. 
Sabía que los sentidos, no menos que el alma, tenían misterios espirituales que revelar.

El retrato de Dorian Gray. Oscar  Wilde

viernes, 16 de marzo de 2012

Juego



... Lord Henry jugó con la idea, animándose cada vez más; la lanzó al aire y la transformó; la dejó escapar y volvió a capturarla; la adornó con todos los fuegos de la fantasía y le dio alas con la paradoja. El elogio de la locura, mientras lord Henry proseguía, se elevó hasta las alturas de la filosofía, y la filosofía misma se hizo joven y, contagiada por la música desenfrenada del placer, vestida, cabría imaginar, con su túnica manchada de vino y una guirnalda de hiedra, danzó como una bacante sobre las colinas de la vida y se burló del plácido Sileno por su sobriedad. Los hechos huyeron ante ella como asustados animalitos del bosque. Sus pies alabastrinos pisaron el enorme lagar donde sienta sus reales el sabio Omar, hasta que el zumo rosado de la vid se elevó en torno a sus extremidades desnudas en oleadas de burbujas moradas, o se deslizó en espuma por las negras paredes inclinadas de la cuba...

                                                                       El retrato de Dorian Gray -  Oscar Wilde

sábado, 10 de marzo de 2012

No saber


Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente. 
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
                                                                           Rubén Darío