domingo, 23 de septiembre de 2007

Néctar de dioses



El cacao fue traído de América por los conquistadores españoles. Según la leyenda, los aztecas recibieron el cacao de su dios Quetzalcoatl, y con él preparaban una bebida amarga denominada chocolatl que ofrecían a sus dioses. La bebida también era consumida con un carácter sagrado. Los granos de cacao incluso se utilizaban como moneda de cambio. Los españoles pronto se aficionaron a esta bebida, y Hernán Cortés comunicó al emperador de España: "Un solo vaso de esta bebida fortalece a los soldados y les permite caminar un día". El botánico sueco Linneo fue quien le asignó el nombre theobroma, que en griego significa "alimento de los dioses". A la aristocracia española del siglo XVI también le gustó esta bebida a la que se atribuían propiedades medicinales y afrodisíacas. Es más, cuando la hija del rey Felipe III de España se casó con Luis XIII de Francia, llevó chocolate como parte de su dote.
En cuanto a los beneficios, parece demostrado que el cacao y el chocolate negro, disminuyen la tensión arterial. Se ha llegado a la conclusión de que el cacao disminuye, por término medio, de 4 a 5 milímetros de mercurio la tensión arterial máxima y de 2 a 3 la tensión mínima. Este efecto, aunque parezca pequeño, es de una cuantía similar a lo que logran algunos fármacos antihipertensivos, pero a diferencia de éstos, el cacao es barato y no produce efectos secundarios. Esta reducción de la tensión arterial conlleva una reducción del riesgo de accidentes vasculares cerebrales (ictus), de enfermedades del corazón y de la mortalidad total.
También se ha demostrado un efecto beneficioso del cacao sobre el endotelio, que es la capa interna que recubre los vasos sanguíneos y que juega un papel primordial en el proceso de aterosclerosis.
Otro estudio ha demostrado que mejora la resistencia a la insulina y disminuye la concentración de glucosa y de insulina en plasma, con lo cual parece que sería protector frente a la aparición de diabetes de tipo 2.
Por ello, los productos ricos en cacao -cuanto más puro, mejor- consumidos en dosis moderadas pueden considerarse como parte de una dieta sana, ya que además de aumentar el placer de la ingesta, tienen efectos beneficiosos sobre la salud; pero para lograr este efecto hay que evitar que aumente la ingesta calórica y la obesidad.
Los inconvenientes de su consumo no están del todo claros. Se ha dicho que produce cefaleas y acné. Los estudios científicos realizados no han podido confirmarlo. La relación con la caries dental parece deberse más bien a una mala higiene dental. También se ha dicho que tiene cierto poder adictivo. Al parecer, esa sensación se debe a una serie de sustancias fisiológicamente activas que estimulan los receptores cerebrales para opiáceos.
En cualquier caso, lo que sí está suficientemente probado es el placer, casi orgiástico para algunos, que proporciona su ingesta.

Hoy que el verano se va...

El otoño se acerca con muy poco ruido:

apagadas cigarras, unos grillos apenas,

defienden el reducto

de un verano obstinado en perpetuarse,

cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.


Se diría que aquí no pasa nada,

pero un silencio súbito ilumina el prodigio:

ha pasado un ángel

que se llamaba luz, o fuego, o vida.


Y lo perdimos para siempre.

"El otoño se acerca"

Ángel González