sábado, 25 de octubre de 2008

Piedras


Piedras materiales

Hay quien compra lo que en realidad

no desea, ni necesita para impresionar

a quien no conoce o no le cae bien,

con el dinero que no tiene y debe

pedir prestado, acumulando a la larga

demasiados "demasiados", que le llevan

a hipotecar su vida.


Piedras emocionales

Si tienes un amor, déjalo libre;

si vuelve a ti es porque es tuyo;

si no vuelve es porque nunca lo fue.

Álex Rovira

domingo, 19 de octubre de 2008

Muros


Hacer caer los muros
o pasarte la vida arañándolos.
Averiguar quién eres realmente
o continuar viviendo esa mentira que llamas yo.
Ver tu verdadero rostro
o seguir aferrado a esa mascarada
que te devuelven los espejos
y las fotos de primera comunión.
Vivir sin temor al sufrimiento
o sobrevivir en la cómoda
ficción de tu mazmorra.
Derribar los muros
que te protegen y te ciegan,
dejarte llevar por el fabuloso caos que es la vida
o persistir en ese simulacro de orden que es tu prisión.
Alexis Ravelo

miércoles, 15 de octubre de 2008

Crecer contigo


Hay personas con las que se crece. Uno no sabría muy bien a qué responde el que a su lado nuestro espíritu fructifique y se esponje. No son necesaria, ni estrictamente las mejores, pero resultan determinantes para nosotros. No se excluye que también podrían serlo para los demás, aunque esto habría de verse.
En todo caso, son aire limpio para nuestros fatigados pasos. Da gusto estar con ellas. No es que resulten agradables, aunque eso siempre sea preferible, es que nos convocan, sin necesidad de proponérselo, a lo mejor de nosotros mismos. Es como si su mera presencia, incluso su existencia, nos impulsara a no conformarnos con la mediocridad de muchas de nuestras posibilidades. Nos desafían a buscar, a perseguir y, sobre todo, a soñar.Bien se sabe que sin afecto no hay modo de crecer. Ni físicamente ni en modo alguno. Bien se conoce que ello implica un trato, un comportamiento, un cuidado, una atención, un conjunto coordinado de detalles. Ya dijo el filósofo que crecer es un movimiento, y no simplemente lo es el desplazamiento o el traslado, o el cambio de lugar. Es una generación, una fecundación, una maduración de frutos no siempre previsibles. Cuando crecemos con alguien no solo se modifican las magnitudes, también la densidad, la intensidad. Y todo tiene otro colorido y otro calor. La implementación supone en tal caso una diversidad de posibilidades que se parecen a un saber estar, pero que son un saber ser, en cada caso, pertinentes, adecuados, ajustados. Hay quienes nos hacen ver desde otro lugar, nos sitúan en otro ámbito y de otro modo. Nos aportan otros senderos, nos abren otros mundos. Entonces, las cosas nos afectan ya de manera diferente. Crecer mesuradamente es no confundir el necesario entusiasmo con la descontrolada euforia, ni la serenidad y la pasión precisas con la pasividad o la aceleración. Crecer no es solo sentir un aumento, es experimentar un incremento. No es cuestión de expandirse, sino de alzarse. Y con otro, con otros. Crecemos juntos.
Contigo crezco de modo muy singular, resultan más próximos mis sueños, más viables mis deseos, me atrevo más y me atrevo a más, soy capaz de desafíos y de riesgos, no apagas ni agostas mis proyectos, me propongo, persigo, no me resigno, no me rindo, me dispongo, me entrego, me doy. Crecer es no llegar nunca del todo, no alcanzar de modo definitivo, no darse por acabado o por vencido. Crecer es una acción, no una actividad ni un conjunto de actividades. Crecer de verdad no es solo un cambio de tamaño. Implica un atrevimiento. Tal vez el de quererse, tal vez el de querer. Contigo es menos difícil. Creces conmigo.
Ángel Gabilondo

lunes, 13 de octubre de 2008

Deseo


Anda
quítate el vestido, las flores y las trampas
ponte la desnuda violencia que recatas
y ven a mis brazos
dejemos los datos
seamos un cuerpo enamorado

Anda
deja que descubra los montes de tu mapa
la concupiscencia secreta de tu alma
y ven a mis brazos
dejemos los datos
seamos un cuerpo enamorado

Anda
pídeme que viole las leyes que te encarnan
que no quede intacto ni un poro en la batalla
y ven a mis brazos
dejemos los datos
seamos un cuerpo enamorado

Anda
dime lo que sientes
no temas si me mata
que yo solo entiendo tus labios como espadas
y ven a mis brazos
dejemos los datos
seamos un cuerpo enamorado
Luis Eduardo Aute

martes, 7 de octubre de 2008

Mil y una noches en tus ojos


Me miras: el presente son tus ojos,

unos instantes que se desvanecen

y no puedo cambiar: pero también

son un mañana que ya estaba escrito

en el fugaz espejo de la infancia.

Y se convertirán en el ayer,

la suma indiferencia de los años.

Después serán recuerdo, un mundo gris

donde te mire aunque no pueda verte.

Tras el recuerdo habrán de ser olvido:

nadie sabrá por qué estabas mirándome

ni por qué hay este pozo en tu lugar.

Cada instante una historia diferente

de las mil y una noches en tus ojos.

Joan Margarit

domingo, 5 de octubre de 2008

He aprendido


He aprendido... que no puedo hacer que alguien me ame, sólo convertirme en alguien a quien se pueda amar; el resto ya depende de los otros.

He aprendido... que por mucho que me preocupe por los demás, muchos de ellos no se preocuparán por mí.

He aprendido... que se pueden requerir años para construir la confianza y únicamente segundos para destruirla.

He aprendido... que lo que verdaderamente cuenta en la vida no son las cosas que tengo alrededor sino las personas que tengo alrededor.

He aprendido... que puedo encantar a la gente por unos 15 minutos; después de eso necesito poder hacer más.

He aprendido... que no debo compararme con lo mejor que hacen los demás, sino con lo mejor que puedo hacer yo.

He aprendido... que lo más importante no es lo que me sucede sino lo que hago al respecto.

He aprendido... que hay cosas que puedo hacer en un instante que ocasionan dolor durante toda la vida.

He aprendido... que es importante practicar para convertirme en la persona que yo quiero ser.

He aprendido... que es muchísimo más fácil reaccionar que pensar y más satisfactorio pensar que reaccionar.

He aprendido... que siempre debo despedirme de las personas que amo con palabras amorosas: podría ser la última vez que las veo.

He aprendido... que puedo llegar mucho más lejos de lo que creí posible.

He aprendido... que soy responsable de lo que hago, cualquiera que sea el sentimiento que tenga.

He aprendido... que o controlo mis actitudes o ellas me controlan a mi.

He aprendido... que por muy apasionada que sea una relación en un principio, la pasión se desvanece y algo más debe ocupar su lugar.

He aprendido... que los héroes son las personas que hacen aquello de lo que están convencidas, a pesar de las consecuencias.

He aprendido... que aprender a perdonar requiere mucha práctica.

He aprendido... que el dinero es un pésimo indicador de valor de algo o alguien.

He aprendido... que con los amigos podemos hacer cualquier cosa o no hacer nada y tener el mejor de los momentos.

He aprendido... que a veces las personas que creo que me van a pisar cuando estoy caído son aquellas que me ayudan a levantar.

He aprendido... que en muchos momentos tengo el derecho de estar enfadado pero no el derecho de ser cruel.

He aprendido... que la verdadera amistad y el verdadero amor continúan creciendo a pesar de las distancias.

He aprendido... que simplemente porque alguien no me ama de la manera en que yo quisiera, no significa que no me ame a su manera.

He aprendido... que la madurez tiene más que ver con las experiencias que he tenido y aquello que he aprendido de ellas, que con el número de años cumplidos.

He aprendido... que nunca debo decirle a un niño que sus sueños son tontos; pocas cosas son más humillantes y qué tragedia sería si él lo creyera.

He aprendido... que por bueno que sea un buen amigo, tarde o temprano me voy a sentir herido por él y debo saber perdonarlo por ello.

He aprendido... que no siempre es suficiente ser perdonado por los otros; a veces tengo que perdonarme a mí mismo.

He aprendido... que por más fuerte que sea mi duelo, el mundo no se detiene por mi dolor.

He aprendido... que mientras mis antecedentes y circunstancias pueden haber influído en lo que soy, yo soy responsable de lo que llego a ser.

He aprendido... que a veces cuando mis amigos pelean, estoy obligado a tomar partido aún cuando no lo deseo.

He aprendido... que simplemente porque dos personas pelean, no significa que no se aman la una a la otra; y simplemente porque dos personas no discuten, no significa que sí se aman.

He aprendido... que no tengo que cambiar de amigos si comprendo que los amigos cambian.

He aprendido... que no debo ufanarme de averiguar un secreto; podría cambiar mi vida para siempre.

He aprendido... que dos personas pueden mirar a la misma cosa y ver algo totalmente diferente.

He aprendido... que hay muchas maneras de enamorarse y permanecer enamorado.

He aprendido... que sin importar las consecuencias, cuando soy honesto conmigo mismo llego más lejos en la vida.

He aprendido... que muchas cosas pueden ser generadas por la mente; el truco es el autodominio.

He aprendido... que por muchos amigos que tenga, si me convierto en su salvador, me sentiré solitario y perdido en los momentos en los que más los necesito.

He aprendido... que puedo cambiar mi vida en cuestión de horas ante la influencia de personas que ni siquiera me conocen.

He aprendido... que aún cuando pienso que no puedo dar más, cuando un amigo pide ayuda, logro encontrar la fortaleza para ayudarlo.

He aprendido... que tanto escribir como hablar puede aliviar los dolores emocionales.

He aprendido... que el paradigma en el que vivo, no es la única opción que tengo.

He aprendido... que los títulos sobre la pared no nos convierten en seres humanos decentes.

He aprendido... que las personas se mueren demasiado pronto.

He aprendido... que aunque la palabra amor pueda tener diferentes significados, pierde su valor cuando se usa con ligereza.

He aprendido... que es muy difícil determinar donde fijar el límite entre no herir los sentimientos de los demás y defender lo que creo.

Autor anónimo

miércoles, 1 de octubre de 2008

Sol de octubre

El sol de octubre ciñe
al paisaje maduro.
Otorga a lo que vive
su plenitud de fruto.
El aire se hace de oro,
se enjoya de susurros,
panal de los dulzores,
reino del ritmo puro,
melodía de flauta
que derrumba lo oscuro,
entra por la ventana,
dibuja desde el júbilo
seres con sosegada
vocación de desnudo,
criaturas del gozo
que llegan desde el otro mundo.
José Hierro