viernes, 27 de junio de 2008

La necesidad de vivir

Sigo aplicándome el "no hay mal que por bien no venga" pero en tanto no viene nada de nada, sólo puede mantenerse en pie la fe sin más.
Pero, ¿a cuento de qué creer? ¿quién garantiza que no va a cumplirse verosímilmente la lógica de lo peor? Creer tan sólo para no de-cre(c)er.
La creencia religiosa desempeña desde el principio de los tiempos este papel fundacional y funcional: no es Dios quien creó a los hombres sino los hombres quienes crearon a Dios. No será el Gran Poder quien sostiene y mantiene la altura de Dios sino, precisamente, la falta de poder humano la que eleva desesperadamente el fantasma de la Divinidad.
¿Para degradación de la especie? ¿para superación de la especie? Lo misma da. Lo capital radica en la sustentación y su agregado de sustento. Dios es como un pan. No importa si candeal o falso. Basta que sea un como si fuera y, de este modo, se represente vivo en la conciencia.
La idea que quien no se consuela es porque no quiere coincide con que el consuelo necesita el deseo de la consolación: del deseo de consuelo nace el ser palpitante del consuelo. De la misma manera, de la escritura nace el deseo de escribir y, al cabo, del amor al deseo nace la ocasión de amar. Como también, de la necesidad de felicidad nace la fe consoladora y hasta la vida brota gracias a la necesidad de vivir.