"Cocina para impostores" es la nueva biblia para quienes viven deprisa y alegan que no tienen tiempo para alimentarse bien. Y para componer un menú impostor, "que no pasa de cinco euros", propone "astutas recetas de cocina usando congelados, latas y conservas".
El menú lo componen explicaciones claras, directas "para gente que no sabe ni encender el gas". Y un detalle: incluye proporciones para un solo comensal. "¡Basta de ingredientes para cuatro personas. ¿Y los que estamos solos qué?", reivindica Falsarius Chef, el autor.
Frente a "las recetas enloquecidas", Falsarius trabaja mucho el supermercado. “Hago comida de subsistencia. Trabajo con medios sencillos y no doy nada por sabido", dice orgulloso.
¿Y el laterío imprescindible?: frascos de cristal de verduras y legumbres; un buen atún o bonito del norte; vasitos de arroz SOS (con ellos Falsarius borda la "paella hereje"); sopa de cebolla de sobre; botes de tomate; cebolla, ajo, romero, orégano, pimentón ("para el toque mediterráneo") y una caja de langostinos congelados.
"Siempre que en un plato impostor pongas un langostino, la gente se ciega y dice que es la bomba. Piensan que te has pasado tres horas cocinando, cuando sólo has estado un rato". Pero ése es el truco de los cocineros impostores: engañar a otros comensales, pero sólo en las habilidades, "no se puede bajar la guardia en la calidad".
El menú lo componen explicaciones claras, directas "para gente que no sabe ni encender el gas". Y un detalle: incluye proporciones para un solo comensal. "¡Basta de ingredientes para cuatro personas. ¿Y los que estamos solos qué?", reivindica Falsarius Chef, el autor.
Frente a "las recetas enloquecidas", Falsarius trabaja mucho el supermercado. “Hago comida de subsistencia. Trabajo con medios sencillos y no doy nada por sabido", dice orgulloso.
¿Y el laterío imprescindible?: frascos de cristal de verduras y legumbres; un buen atún o bonito del norte; vasitos de arroz SOS (con ellos Falsarius borda la "paella hereje"); sopa de cebolla de sobre; botes de tomate; cebolla, ajo, romero, orégano, pimentón ("para el toque mediterráneo") y una caja de langostinos congelados.
"Siempre que en un plato impostor pongas un langostino, la gente se ciega y dice que es la bomba. Piensan que te has pasado tres horas cocinando, cuando sólo has estado un rato". Pero ése es el truco de los cocineros impostores: engañar a otros comensales, pero sólo en las habilidades, "no se puede bajar la guardia en la calidad".
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