"Se cree que un hombre tonto debe ser ordinario y estar sano y que la enfermedad hace al hombre fino e inteligente y personal", se dice en La montaña mágica. Mas esta idea procede de tiempos oscurantistas que daban a la enfermedad y al sufrimiento el carácter de pasaporte para el cielo. Con las Luces de la Ilustración el medio turbio y funerario, la expresión taciturna y funeraria cambia por completo. Un hombre que vive enfermo no es mucho más que un cuerpo. Y en cuanto al estómago: la expresión "no lo trago" que expresa el desprecio o el desdén por una persona o, incluso, el "no me trago", aluden a la notable importancia psíquica que posee el estómago y cuánto bagaje de nuestra personalidad transporta y significa.
En la magia homeopática de los araucanos se empleaban buches disecados de avestruz "buche isuri" "pepsina nostra" para tratar las afecciones dispéticas. El criterio que guiaba esta terapia decisiva era que, a través del estómago de la avestruz, se puede digerir cualquier cosa que se enferme en nada. Ser o comportarse como se atribuye a la avestruz (negándose a ver o aceptar, denegar el peligro y el conflicto) endurece acaso la mente, y su correspondiente aparato digestivo acaba metabolizando y excretándolo todo.
En la magia homeopática de los araucanos se empleaban buches disecados de avestruz "buche isuri" "pepsina nostra" para tratar las afecciones dispéticas. El criterio que guiaba esta terapia decisiva era que, a través del estómago de la avestruz, se puede digerir cualquier cosa que se enferme en nada. Ser o comportarse como se atribuye a la avestruz (negándose a ver o aceptar, denegar el peligro y el conflicto) endurece acaso la mente, y su correspondiente aparato digestivo acaba metabolizando y excretándolo todo.